Hola chicas lamento haberlas tenido esperando, espero que les guste el capitulo lo hicimos entre maqui y yo, comenten si les gusto su manera de redactar o que tal les parecio el capitulo. FELICES CARNAVALES :D
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-Tenemos que ir a buscarlo – Me apresure a decir
-Pero hay un problema – Cristina
-Cual?
-Que no sabemos donde esta
-Que? Pero no y que sabían?
-No – explico Daniel – sabemos que puede andar sabes… drogándose pero no sabemos exactamente donde.
-Yo creo que se donde podría estar – Cristina parecía sumida en sus pensamientos.
-Donde? – Daniel dejo de idear planes para concentrarse en lo que decía Cristina.
-Una vez estaba en el carro con mi madre y lo vi con unos tipos en la parte trasera del viejo cementerio.
-Claro – Daniel hizo un gesto de, como no se me ocurrió antes? – Nadie va a allí
-Esperen – Interrumpí – Ese cementerio es enorme, además se conecta con un bosque podría haber ido hacia allá, como se supone que lo encontraremos.
-Nos separaremos – Daniel tomo las llaves decidido a ir al cementerio.
- Y si llamamos a Alex para que nos ayude a buscarlo? - La inocente pregunta de Cristina obtuvo como respuesta un gesto de negación con la cabeza de Daniel.
-No creo que sea buena idea. – Respondió desde la puerta ya abierta
-Bueno – Cristina bajo la cabeza en señal de resignación – Entonces vámonos – Tomo su inseparable cartera “Channel” y se dirigió al auto yo hice lo mismo.
Daniel se sentó en el puesto del conductor, yo como copiloto y Cristina atrás. Cuando estaba por arrancar tuve un mal presentimiento, uno de esos sentimientos que se sienten como un “Deja Vu” Como si ya hubiera pasado antes, de alguna manera pensé en Madam Berut y sus predicciones, tal vez fuera una estupidez dejarme llevar por un presentimiento a lo estilo “destino final”, pero con lo que había pasado no quise arriesgarme .
-Daniel, no crees que sería mejor que manejara Cristina? – Pregunte buscando una excusa
-No te preocupes yo puedo.
-Pero podría ser malo recuerda que aun te estás recuperando – insistí.
-Por favor es solo manejar!
-Si Daniel sería mejor que me dejes manejar a mi – Me apoyo Cristina
-Está bien – Daniel cedió – No discutiré por eso Ya tenemos suficientes problemas.
Daniel y Cristina intercambiaron de asiento y yo me senté atrás con mi novio. El carro se puso en marcha, Cristina encendió la radio para relajar el ambiente supongo, Daniel estaba sudando frio, le tome la mano, el aparto la vista de la ventana para fijarse en mi.
-Todo va a salir bien – Use el mismo tono de apoyo moral que las personas usaban conmigo cuando estaba deprimida por la muerte de Miranda.
-Gracias amor – Me dedico una sonrisa encantadora por primera vez en todo el día.
-Pero…No entiendo algo – Por lo menos me quitaría una duda – Que es lo que tanto les preocupa?
-Rebecca… - Respondió en un tono apagado – Podría suicidarse…
Caí en cuenta, no fue hasta escuchar esas palabras que me di cuenta de lo grave que era el asunto, Depresión mas droga igual a quien sabe que, un drogadicto desequilibrado podría intentar suicidarse, quien lo detendría, sentí que necesitábamos acelerar pero el semáforo estaba en rojo.
-Cristina acelera! – le grite en cuanto el semáforo se puso en verde. No me respondió pero me hizo caso.
El cementerio se encontraba en una zona rural algo apartado de la ciudad, por eso habían inaugurado uno nuevo con más espacio más cerca de la ciudad y este se había convertido en el antiguo y olvidado cementerio, la carretera estaba casi vacía con la excepción de una camioneta hummer en el canal de al lado, nos acercábamos a una zona de curvas cerradas así que mi sentido precavido salió a la superficie.
-Cristina baja la velocidad – Nuevamente Cristina obedeció sin decir nada.
El camino se fue tornando mas y mas estrecho hasta que los dos canales se convirtieron en uno solo, la hummer conducía ahora por enfrente de nosotros. Y de repente… en una milésima de segundo la hummer giro violentamente hacia la derecha dejando ver un accidente en frente de nosotros, por suerte Cristina giro igual de bruscamente como lo hizo la hummer y pudo esquivar a la patrulla que auxiliaba al otro accidente. Todo paso muy rápido el carro se detuvo en seco y nadie dijo nada, todos incluso afuera del vehículo todos estábamos en shock. Mi primera reacción fue preguntar si todos estaban bien, sobre todo Daniel.
-Están todos bien? – reconocí la voz masculina. Daniel me había quitado las palabras de la boca.
-Si – respondimos Cristina y yo al mismo tiempo. Era un alivio saber que ambos estaban bien.
Un hombre con uniforme de policía se acerco a nosotros lo oi decir “tenemos otro accidente, trae una ambulancia lo más rápido que puedas”.
-Están todos bien – Pregunto el oficial acercándose al auto.
-Si todos estamos bien – Respondió Daniel al mismo tiempo que se bajaba del auto.
-Bien muchacho necesito que me ayudes con el otro auto.
El otro auto, no había pensado en el conductor de la camioneta que se encontraba enfrente de nosotros, gire sobre mis rodillas para asomarme por el vidrio trasero del auto, la hummer se había estrellado contra una pared de tierra, entre el oficial y Daniel bajaban a una muchacha inconsciente del asiento del piloto, abrieron la puerta trasera y la acostaron allí, después de intercambiar un par de palabras Daniel regreso al auto, le dio unas cuantas vueltas asegurándose de que no se hubiera hecho alguna abolladura o rayón luego de estar seguro se subió esta vez en el puesto de copiloto.
-Está bien la otra chica – pregunte
-Si – respondió con tono sereno – solo se desmayo, la ambulancia viene en camino.
-Arrancamos? – Pregunto Cristina, aun le temblaban un poco las manos.
-Quieres que yo maneje?
-No yo puedo – el carro se puso nuevamente en marcha.
Todos asumimos nuestro natural silencio, tratando de concentrarnos de nuevo en Armando, sin embargo yo no podía sacármelo de la cabeza, estuve dándole vueltas y vueltas al asunto hasta que pensé en algo, Cuando sentí ese presentimiento extraño, si no hubiese dicho nada y Daniel hubiera conducido, tal vez hubiéramos chocado con la patrulla, señalando la velocidad con la que Daniel conducía y su terquedad cuando se le pedía que disminuyera la velocidad, tal vez si me hubiera quedado callada hubiera sucedido algo horrible, pero sé donde proviene ese presentimiento extraño, yo no era psíquica que supiera, sería el destino, dios, casualidad? Como podía estar segura, me limite a agradecer que las cosas hubieran salido bien. Pensando en esto el camino se me hizo más corto y llegamos al cementerio.
Ese cementerio me producía escalofríos, nunca en mi vida había estado allí ni siquiera años atrás cuando aun no producía tanto miedo, era un lugar lúgubre y frio, con un ambiente tan tenso que se podía cortar con tijeras, los hojas secas sobre el pasto desteñido provocaba un crujido impertinente y las copas grises de los arboles del bosque colgaban casi hasta el suelo como si de una larga y enredada barba de anciano se tratara, era uno de eso lugares sobre los que se corría miles de leyendas urbanas, uno de esos lugares que provocaba miedo en los niños. Pero no había tiempo para estupideces, teníamos que encontrar a nuestro amigo lo más rápido posible.
-Ok primero iremos hacia la parte de atrás donde lo vio Cristina para ver si esta allí – Comenzó Daniel poniéndose a cargo de la expedición.
Nos dirigimos hacia el fondo del lugar, pronto me fui acostumbrando al lugar, cuando llegamos a la parte trasera no había nadie, pero habían rastros de que habían estado por allí, Botellas de licor vacías, pipas de crack improvisadas, cajas de cigarrillos, toda clase de cosas…
Esto es repugnante – Comente mientras caminaba sobre el campo minado de toda clase de vicios que podían existir.
-Bastante – Corroboro Cristina.
-No tenemos tiempo que perder nos dividiremos – El estilo del liderazgo le sentaba bastante bien a Daniel. – Yo recorreré el cementerio ustedes dos vallan al bosque. – Se detuvo un momento como pensando si estaba bien mandar a dos chicas al bosque, pero sí quiso detenernos no pudo porque ambas nos adentramos rápidamente en el bosque.
-Tu ve a la derecha, yo iré a la izquierda – Señalo Cristina dejándome en el último cargo de la búsqueda.
Al separarnos empecé a sentir miedo, que tal si alguno se perdía, no habíamos elegido un sitio de encuentro, y que tal si la que se perdía era yo, no podría sobrevivir tres segundos sola, perdida, en el bosque, intente eliminar esta clase de pensamientos concentrándome en encontrar a Armando. Desde donde yo me encontraba se escuchaban los gritos de Cristina llamando a Armando, quizás debía hacer lo mismo pero pensé que si Armando no quería que lo encontráramos tal vez huiría de mi en vez de acudir a mi encuentro, seguí en silencio, mientras más me adentraba en la maleza los gritos de Cristina fueron apangándose, hasta convertirse en un susurro y luego desaparecer, estuve más o menos unos 20 minutos caminando hasta que escuche algo. Me costó identificar el sonido, pero al avanzar un poco mas se hizo evidente de que eran golpes, unos gritos ahogados acompañaban el sonido, no parecía una pelea más bien a alguien le estaban dando una paliza, me deje llevar por el sonido, por suerte siempre había tenido la habilidad de llegar a un sitio guiándome por mis oídos, mis temores se confirmaron… Dos tipos tenían a Armando acorralado contra un muro y lo golpeaban sin cesar.
-QUE LES PASA ANIMALES!! – mi propia valentía me sorprendió – LARGUENSE DEJENLO!!
Un último golpe aterrizo en el ojo de Armando que quedo tendido en el suelo, el otro tipo le saco el dinero y el celular del bolsillo y huyeron.
-Tenemos que llamar a la policía, te robaron! – Me arrodille junto a el
-Déjalos yo se los debía - Al oír esto comprendí que no era un robo si no un ajuste de cuentas
-Estas bien? - Lo ayude a acomodarse.
-Si…Maldita sea mi ojo… - Se coloco la mano en el ojo que ya se le empezaba a hinchar – Como me encontraron?
-Eso no importa… Mira estas todo golpeado, quítate la camisa
-Que!?
-Que te quites la camisa!
-No! Porque!?
-Quiero ver tus heridas
-Porque me quieres ver sin camisa?
-No te quiero ver sin camisa!, solo quiero ver que tan mal estas!
-Claro que no me quieres ver sin camisa – Me estaba haciendo enojar a propósito, de alguna manera le gustaba divertirse haciendo enojar a las chicas a mí y a Cristina nos lo hacía siempre y por cierta parte me alegraba que lo hiciera en ese momento, sin darme cuenta le seguí el juego
-No estúpido es para ver como estas enserio! – Estallo en carcajadas
-Estoy bien tranquila – Dejo de reírse para hablar enserio – Solo serán un par de morados pero tranquila, con cremas se me quitara
-Bien – suspire dándome por vencida con lo de la camisa - Porque te fuiste?
-No lo sé…
-Bueno vámonos – Intente ayudarlo a incorporarse
-No!
-Como que no!? Nos tenemos que ir, Daniel y… – Sería bueno que supiera que Cristina lo estaba buscando? No, no mejor no, si todo esto había pasado era por el problema entre el y Cristina – Daniel también te está buscando.
-Iré en un rato por favor pero ahora no...
Lo mire de arriba abajo, tenía toda la ropa sucia llena de barro, de seguro no se había cambiado desde el tiempo que tenia perdido, de alguna manera parecía victima de sus propios problemas y sentí lastima por él.
-Porque no quieres venir?
-Es… vergonzoso, por favor esperemos un poco más si?
- Pero porque? No te entiendo? – Empezaba a desesperarme
-Es que… – Se quedo en silencio un momento, como organizando lo que iba a decir - no quiero tener que enfrentar lo que viene ahora…
-Pero te va a tocar en cualquier momento – Intente hablar del modo más comprensivo que pudiera sonar, aunque esa clase de cosas no me salían exactamente bien
-Ya se… Pero alarguemos el tiempo un poquito más si?
-Ok – lo ayude a levantarse – Entonces? Que quieres hacer?
-Solo paseemos un rato si? Conversemos – Solté un suspiro de resignación.
-Yo no debería hacer esto sabes?
-Pero... - Esbozo una sonrisa
-Está bien… Vamos. –Otra vez victima de mi falta de voluntad, empecé a caminar y Armando me siguió el paso en silencio, pero primero le envié un mensaje de texto a Daniel y a Cristina diciendo: *Estoy con Armando lo encontré peleando con unos tipos, vamos a conversar un rato den una vuelta o espérenme en el cementerio*.
-Entonces – Inicie la conversación – Te golpearon mucho?
-Más o menos… No debí meterme con esos tipos…
-No debiste meterte con la droga y punto
-Tienes razón – En su voz se notaba un vacio de tristeza
-Lo vas a dejar?
-No – me miro fijamente durante unos segundos… Luego se echo a reír – Es broma… Si lo dejare – Suspire aliviada de que los problemas no hubieran cambiado su sentido del humor.
-Me alegro
-Pero no será fácil – advirtió
-Te ayudaremos
-Eso espero – Volvió a bajar la cabeza, concentrándose en el camino.
-Entonces, se podría saber a dónde vamos?
-A ningún sitio en especial pero si quieres ir a alguna parte vamos
-Como a donde?-Tengo un sitio en mente – me tomo de la mano y empezó a correr, lo seguí lo más rápido que pude intentando no caerme para que no me arrastrara porque de seguro no pararía de correr, nos metimos entre una arboleda espesa, estaba muy oscuro pero Armando parecía estar muy seguro de adonde se dirigía.
jueves, 3 de marzo de 2011
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3 comentarios:
ustedes dos escriben increible y combianadas mas!!! sigan escribiendo esta increible
ustedes dos escriben increible y combianadas mas!!! sigan escribiendo esta increible
porfis, estoy en un suspenso, cuando escribiras lo siguiente amo tu novela porfavor no la dejes, yo la leo mucho
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