NOTA: Cap contado por Cristina.
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El despertador sonó impertinente sin retrasos, sin demoras, perfecto como siempre. Me hubiera gustado apagarlo y seguir durmiendo pero no podía, no era mi cuarto y no era mi despertador, sin embargo quería que dejara de sonar, así que desperté a Rebecca.
-Qué pasa? – Pregunto adormilada, yo me reí por lo bajo.
-Es de día floja levántate – Refunfuño algunas cosas incomprensibles y volvió a acostarse - Por lo menos apaga el despertador… - Lo apago y para mi sorpresa también se levanto y empezó a escoger su ropa.
-No vas a ir a clases.
-Emm…No – mentí - no tengo clases el día de hoy –No tenía ganas de ir a clases ese día.
-De acuerdo –Bostezo – Desgraciadamente yo sí.
-Consuélate con saber que Daniel va a estar allí.
-Daniel va a ir a clases!!? – Parecía sorprendida.
-Si no lo sabías?
-No ni idea, hasta tu sabes más que yo de mi propio novio – Me encogí de hombros – Entonces no puedo ponerme esto – Ropa habíamos llegado a mi tema favorito.
-Déjame ayudarte – me levante de la cama, no pensaba hacerlo pero, todo sea por la moda. – Que te ibas a poner.
-Esta camisa, con un blue jean y esta chaqueta – me mostro una camisa roja con una chaqueta de cuero negra de estilo rockero, tal vez no se hubiera visto mal pero para ver a Daniel tenía que ponerse algo un poco mas femenino.
-Y cual Blue Jean te vas a poner?
-Acaso importa?
-Claro que importa cuando se trata de modas todo importa – Me sumergí en su ropero, seguro había algo que la hiciera lucir genial por allí. Mientras yo buscaba Rebecca se fue a bañar, solo me tarde unos 30 segundos hasta que encontré lo que buscaba. Una camisa de tiros con estampados militares un blue jean con cortes en las rodillas y unas botas marrones geniales que conbinaban a la perfección con su camisa . Cuando Rebecca salió del baño la ropa estaba en su cama.
-Que es esto?
-Es la ropa que te vas a poner
-No lo sé los estampados militares no me quedan bien…
-Claro que si, solo póntelo si no te gusta te lo quitas. – Note que no le gusto la idea, sin embargo me hizo caso, se puso lo que le había dado.
-No me gusta.
-Pero si te ves genial!!, confía en mi estas bien. – No me respondió, simplemente asintió y siguió arreglando sus cosas, supuse que eso era un “está bien me rindo”
Después estar casi lista me di cuenta de que le faltaba algo a su look y recordé un lindo cinturón verde que tenía en la cartera.
-Rebecca antes de que te vayas ponte esto – Corrí a buscar el cinturón y se lo acomode en la cintura.
-De donde sacas tantas cosas? – Era de la mama de Alex me lo había prestado hace un tiempo pero llevaba toda la mañana esquivando el tema, no iba a rendirme ahora.
-Tú solo quédate quieta - arregle su pelo y luego me tome unos segundos para admirar mi obra – Estas lista – sonrió con estupefacción.
-Bueno ya me tengo que ir – en la puerta se detuvo – Gracias
-No hay de qué. – luego la escuche irse.
Me acosté en su cama y una vez sola me desplome, no me podía contener ni un minuto más, no sabía si sentirme triste o enojada, la madre de Rebecca me había ayudado sin dudas, me había hecho sentir que tarde o temprano todo pasaría pero que haría mientras tanto, me sentía parada en una nube de surrealismo, pero no pensaba quedarme en casa de Rebecca, así que me vestí con la ropa del día anterior y salí del cuarto afortunadamente no había nadie tome el auto y maneje, cuando me detuve en un semáforo en rojo y me di cuenta de que no sabía a dónde iba así que decidí ir a mi heladería favorita, un helado no me caería mal, así podría relajarme, pensar, y desahogarme. Así que me dirigí hacia allá por suerte no había errado el camino.
Al llegar me pregunte por que habría tantos puestos libres, naturalmente costaba mucho conseguir donde estacionarse, pero entonces recordé que estaba en horario de clases y que la mayoría de los clientes estarían en el colegio. Adentro estaba más vacio que afuera, mejor para mi, el señor que atendía se sorprendió al verme, pero no hizo preguntas, pedí mi favorito, un helado de Arequipa, y me senté a “disfrutarlo” sola… Me sumergí en mis pensamientos.
Me vi ideando planes y estrategias de cómo recuperar a Alex, sin embargo no quería ignorar los sentimientos de Armando, no quería lastimarlo, y era demasiado obvio que sentía algo por mi tal como Madame Berut lo había predicho y peor aun debía afrontar que yo también había sentido algo. Desde el incidente había estado obligando a mis propios pensamientos a huir de esa realidad pero ya no podían mas estaban cansados y querían detenerse, el momento llego de asumir que el beso con Armando no había sido como el resto de mis besos con Alex, sentí una chispa que simplemente nunca antes había sentido, pero prefería seguir engañando a los demás, incluso tratar de engañarme a mí misma. Estaba demasiado sumida en mis pensamientos cuando…
-Hola – sentí una mano delicada en mi hombro, al voltearme una chica desconocida, con unos graciosos lentes, me sonreía con timidez.
-Hola – respondí tratando de disimular que estaba llorando.
-Perdón pero te vi triste y pensé que tal vez te haría falta un poco de compañía.
-Ah… por supuesto si quieres siéntate. – dije tratando de ser amable.
-Perdón – extendió su mano a modo de presentación mientras se sentaba – Soy Elizabeth pero todos me dicen Lizie.
-Soy Cristina, dime Cris… - estreche su mano.
-Te molestaría si pregunto por qué lloras?
-No estoy llorando – me cubrí un poco la cara con el cabello – solto una risita.
-Finges mal – sonreí, sabía que ella tenía razón – Esta bien si no quieres no me cuentes no hay problema.
-Es que – quería compartir mis problemas con alguien pero no sabía cómo empezar – Es una larga historia.
-Pues resúmela un poco.
-Estoy o estaba de novia con un chico llamado Alex y el tiene un primo llamado Armando que al parecer le gusto, me beso Alex nos vio, se pelearon y termino conmigo.
-Complicado…
-Bastante.
-Pero no te compliques la vida seguro tu novio se dará cuenta de que hizo mal en terminar contigo y volverán a estar juntos.
-No lo sé… El está muy molesto.
-Pues entonces hazlo saber que estas arrepentida, mándale tarjetitas con mensajes como “te quiero” o “perdón”, o mándale una postal a su correo que diga te extraño, o algo asi.
-Puede que lo haga…
-Hazlo!! Asi se dara cuenta de lo importante que es para ti – se paso un dedo por debajo del ojo como si estuviera secándose una lagrima e hizo un pucherito. Yo me rei.
-Oye – empecé a formular la pregunta que me había estado intrigando – que haces aquí, no deberías estar en clases?
-No, mis padres son los dueños de la heladería y mi hermana mayor me da educación en casa. Y tu? Estas escapada?
-Si - asentí con la cabeza
-Porfa no lo hagas más. Si mis padres me dejaran asistir a clases no faltaría nunca
-Y porque no te dejan.
-No lo se, mis padres dicen que me expongo a mucho peligro.
-No lo hare mas – me miro con ojos acusadores - lo prometo. Es mas creo que me da tiempo de llegar a la segunda clase.
-Corre – mientras me levante empezó a limpiar la mesa con un pañuelo que no sé de donde saco, como si fuera una mesonera, además tomando en cuenta que yo no había ensuciado nada.
-Pero antes dame tu número.
-Ah si, me gustaría que me contaras que sucedió con tu novio. – luego me dicto su numero
-Si y un dia de estos podríamos salir juntas.
-O vienes a la heladería, yo estoy aquí de lunes a viernes hasta las 6 y los sabados hasta la 1 y media
-De acuerdo, un placer haberte conocido Lizie – La abrace. Tome mi cartera y camine hasta la puerta
-Igualmente Cris.
lunes, 15 de noviembre de 2010
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2 comentarios:
heey! ME FASCiNA TU BLOG ! es hermoooso.. es adictivoo! :D yaa qieroo sabr q pasa ! :S me mata la intrigaa! eres muuy bna escritoora.. sige así ! t felicitoo ;) ah! y publica más segidoo.. XOXO*
by: Sandyta! :D
Dioos me encaaanta tu forma de escribir siguee asii esta historia me fascinaa! :)
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